HABLA MI PLUMA
MIS HISTORIAS
Mis historias
DESDE MI VENTANA/ DICIEMBRE
EN SENTIDO INVERSO DEL FINAL AL PRINCIPIO, TODA LA HISTORIA
miércoles, 16 de noviembre de 2022
sábado, 8 de julio de 2017
DICIEMBRE 102
"Eché andar con el ánimo puesto en no demorarme más. Al
final, iba a tener que buscar trabajo para ganar un extra solo para llegar a
casa de Isaac. Empezaba a agobiarme. A pesar de que tiraba siempre de lo más
barato comiendo en la calle a base de pizza y otras variantes semejantes y
cogiendo el metro y autobuses, tanta parada y tanto trajín me estaban vaciando
el bolsillo. El bullicio de las calles de Midtown captó toda mi atención y me
sacó de mi ensimismamiento mientras planeaba como acortar camino para ir
derecho a Upper West Side. Debía tomar una línea de metro que por el oeste de
Manhattan me llevara derecho al distrito donde vivía mi amigo bordeando Central
Park. Podía tomar la línea roja o la azul. No lo tenía claro y tampoco tenía
claro si quería meterme bajo tierra habiendo tanto que ver en la superficie. La
emoción me asaltó de pronto cuando llegó a mis oídos un texto leído de una obra
de teatro que conocía. Allí en medio de la calle, nada menos que en pleno Time
Square estaban representando Vietnam, una obra protesta de un tal Schumann; sí,
como el músico, solo que Robert Schumann llevaba, al menos, siglo y medio enterrado.
Vietnam fue nuestra obra más arriesgada. La representamos en Barcelona durante aquel
maravilloso verano en el que el teatro se me metió en las venas y se instaló
allí para no marcharse jamás".
sábado, 1 de julio de 2017
DICIEMBRE 101
"No estaba muy lejos de Upper West Side, pero tampoco
estaba cerca y, lo que era peor, tampoco tenía idea de por donde caía la
dirección exacta de mi amigo. Las distancias en Nueva York no son nada despreciables.
Se imponía buscar de nuevo una pensión. Entré en la zona de Midtown. ¡Uf! Tanto
estímulo y tanta emoción me hacían perder la noción del tiempo, y yo diría que
de la realidad. De nuevo me alojé en un lugar humilde y barato y, de nuevo, la
habitación dejaba mucho que desear. Tenía hambre para aburrir. Por economizar
comía una vez al día y cuando tenía apetito lo resolvía con un café o un té
(afición que heredé de mi adorada madre). Postrado en aquella incómoda y poco
higienizada cama me vino la vena nostálgica. Recordé a mi madre trasteando en
la cocina, siempre inquieta, siempre afable y conciliadora. Recordaba su rostro
mientras intentaba convencerme de que tuviera más paciencia con mi hermana
pequeña, tan aficionada a hurgar en mis cosas y perder mis cromos de minerales
y rocas. Recordé aquella conversación de media tarde en la que me intentó
explicar, en aquel momento sin mucho éxito, el porqué de la seriedad de mi
padre y su falta de cariño para con mi hermana y conmigo. Yo lloraba
desconsoladamente porque mi padre me había castigado, según mi punto de vista
desproporcionadamente, por haber perdido no sé qué herramienta que guardaba en
el garaje. Llegué a saborear el regusto a sal de la lágrima que me caía por el
rostro justo antes de quedarme dormido".
viernes, 30 de junio de 2017
DICIEMBRE 100
"De lleno en Garment Strict. Era el barrio favorito de
Isaac. ¿Qué decir de las hiper famosas avenidas? No me encontraba en el corazón
de Manhattan, me encontraba en el corazón del mundo de las finanzas y el
comercio. Confieso que mi ignorancia era mucha, más tarde me enteré que el
corazón financiero que yo creía estar viendo lo había dejado atrás, en
Finantial District (por razones obvias, el nombre del distrito hablaba por sí
mismo). Efectivamente, era en el sur de la isla donde se encontraba el City Hall (el ayuntamiento de la ciudad)
y la más que nombrada Wall Street. En cualquier caso, lo que si era cierto es
que Garment era la cuna de las grandes firmas, particularmente en lo relativo a
la moda. También alberga la Séptima avenida. Estaba pisando los barrios más
míticos de la Nueva York que tenía tan leída en las cartas de mi amigo. Caí en
la cuenta de que Isaac no estaba al tanto de mi llegada. ¿Cómo reaccionaría
ante mi inesperada aparición? Daba por hecho que estaría encantado de verme,
pero el tiempo y la distancia quizá se habrían tomado su tributo. Mi ánimo
empezó a decaer al tiempo que el sol desaparecía por el horizonte".
DICIEMBRE 99
"Lo que podía leer en el sobre era algo así como 343
West End Av., ¿o era solo 43 y lo primero era un garabato involuntario?, ¡qué
horror!, no me aclaraba. Luego parecía leerse Upper West Side, nosequé más y, NewYork, USA. Bueno, lo
que sí sabía es que aquello estaba en el corazón de la ciudad y que tenía que
volver a Manhatan. No había tiempo que perder, el día no iba a durar
indefinidamente y no me podía permitir volver gastarme lo poco que tenía en un
nuevo alojamiento. Entré por el famoso puente de Brooklyn. No hacía falta ser
muy listo para saber que entraba justo por el lado opuesto al barrio donde
vivía mi amigo. Lo primero que pensé fue en usar el metro pero preferí usar los
autobuses porque me permitían empaparme de la ciudad. El distrito financiero lo
pasé enseguida, prefería entretenerme en otras zonas. Chinatown me sedujo desde
el primer instante. Era como estar inmerso en un plató cinematográfico. Los
colores, los olores, la música en las calles, todo, absolutamente todo, me
trasladaba al cine de los 70. Caminaba por sus calles como hipnotizado, tanto
que perdí la noción del tiempo y se me hizo tarde. El Soho era como una
película en blanco y negro, comparada con la pintoresca Chinatown. Cambié los
dragones por tiendas de marca y los ojos rasgados por turistas de todos los lugares
del mundo. Confieso que el Sur de Houston (Soho) no me resultó tan
impresionante, aunque nada en esta espectacular ciudad me resultaba indiferente.
Little Italy supuso una vuelta al colorido y a los olores de comida en la
calle. El instinto me decía que allí estaba más en mi sitio. Sería la presencia
de lo latino y lo ruidoso de sus gentes lo que me condujo a pensar que no
estaba tan lejos de casa. Para llegar a Chelsea cogí de nuevo un autobús. Isaac
me había hablado de los principales distritos de Nueva York y Manhattan me
parecía conocerlo profundamente sin haberlo visto jamás, salvo en mis ensueños.
No me podía imaginar que Chelsea guardara tanto encanto y valor histórico.
Tendría que volver más despacio. Tocaba avanzar, las horas del día se me iban
entre los dedos".
miércoles, 28 de junio de 2017
DICIEMBRE 98
"Mi amigo me había dicho que los judíos de Nueva York
se concentraban en un barrio muy concreto. Intenté hacer memoria, pero no lo
recordaba. Dándole vueltas a la cabeza iba caminando sin rumbo fijo cuando me
di de bruces con un par de personajes que parecían sacados de una película.
Llevaban casacas negras y sobreros de ala ancha. Sus pobladas barbas iban
acompañadas de sendos tirabuzones colocados a cada lado de la cara en forma de cascada
que les llegaban a los hombros. Las mujeres llevaban ropas muy sencillas de
colores oscuros, con muy poca piel al descubierto y tenían la mayoría sus
cabellos ocultos tras un, no menos sobrio y aburrido, pañuelo. ¡Vaya! Resulta que
me había metido en pleno barrio judío. Pero no eran unos judíos cualesquiera,
los llamaban -así me hizo saber un vendedor de periódicos- judíos ortodoxos
pertenecientes al grupo jasídico Satmar de origen húngaro y rumano. Era muy
curioso de ver.
Un cúmulo de peculiaridades paseaban por las calles de aquel
singular barrio. Interesante sin duda, no obstante, no sería allí donde yo
encontraría a la familia de mi amigo. Ellos tenían un toque bastante más
europeo, o para ser más precisos, más actual. Ellos tenían antecedentes
toledanos y por lo que me contó Isaac, tras la expulsión del 1492 en la era de
los RRCC, su familia huyó hacia el norte de Europa, asentándose en Alemania
hasta la terrible época de la Europa de entre guerras. En los albores de la
segunda guerra mundial se refugiaron en Francia y de ahí, ya con los invasores
ocupando París, huyeron hacia España, cruzando los Pirineos a pie escoltados
por un grupo de voluntarios españoles que ayudaron durante la invasión nazi a
los judíos a cruzar la frontera para refugiarse en territorio español, por
entonces bajo dominio de una dictadura. El panorama no era muy alentador pero
escondidos en Barcelona escaparon a la masacre judía. Al término de la
contienda, ya vencidos los alemanes, se fueron a América del Norte y se
instalaron en Nueva York".
martes, 27 de junio de 2017
DICIEMBRE 97
"Apenas pude dormir en toda la noche. Tenía tanta
actividad en el cerebro que no me dejaba parar quieto. Me levanté de madrugada
a revisar las pocas notas que había sacado de las cartas de Isaac y a estudiar el
mapa que obtuve en el aeropuerto gracias a la generosidad de un tipo que
parecía más british que americano y
que, viéndome tan despistado como iba, me regaló un mapa que sacó de un impecable
maletín de piel. “Here you are”, dijo, y
se marchó con un último y consolador “Good luck, guy”. Inspeccioné el sobre una
y otra vez. El remite estaba borroso y el sobre muy arrugado. La diferencia
entre las películas que uno se monta en la cabeza y la realidad es abismal.
Estaba en mitad de una ciudad que superaba todas mis expectativas, apenas sin
dinero y sin tener muy claro a donde ir. Me armé de valor y queriéndome dar
ánimos a mí mismo, tomé aire y me aseguré que en unas horas estaría en la
puerta de la casa de mi amigo. Cuanto que amaneció tome un café que me supo más
a agua sucia que a café, di las gracias a la casera y me marché".
lunes, 26 de junio de 2017
DICIEMBRE 96
"Ya fuera del aeropuerto, y a pesar de la distancia que
lo separaba de la ciudad, no puede uno escapar a la grandiosidad de una de las
urbes más fascinantes del mundo. Tomé un air train para que me acercara al
metro, que obviamente era la opción más económica. Durase poco o mucho la
aventura, lo cierto es que ya estaba allí y eso nadie me lo iba a quitar.
Cumplido el primer objetivo, llegar a Nueva York, venía la segunda parte, que
no era nada despreciable. Tenía que contactar con Isaac. Me maldije un millón
de veces por haber sido tan impulsivo y poco previsor. Tomé la decisión en
cuestión de minutos y me puse en marcha sin contar con que lo único que tenía
de mi amigo era el remite de un sobre amarillo. Después de caminar exultante
por sus calles y viendo que la noche se me echaba encima busqué un lugar
económico donde alojarme para continuar mi búsqueda al día siguiente. Gracias a
las cartas de mi amigo sabía que la zona más interesante era Times Square,
también me resultaban atractivas las zonas en torno a Central Park o el Empire
State. Esas zonas se me salían del presupuesto así que me salí de Manhatan y
busqué un lugar más económico como Queen. Recordé que Broocklyn era otra
opción. Finalmente me quedé en el segundo, tanto igual me daba. Me acosté en un
cuarto pequeño que era de todo menos acogedor y bonito, aun así, no pudo
restarle nada de ilusión y entusiasmo a mi primera jornada en la ciudad de mis
sueños".
domingo, 25 de junio de 2017
DICIEMBRE 95
sábado, 24 de junio de 2017
DICIEMBRE 94
"Desde el viaje a la sierra con Juancho y mi hermana,
se había fortalecido su relación perdiendo intensidad y complicidad la nuestra.
El periódico era cada vez más una carga porque Juancho apenas pasaba por la
redacción y terminé asumiendo su trabajo y el mío. Mi cumpleaños lo pasé solo,
quedándose los planes que teníamos de ir a esquiar sustituidos por un
compromiso de última hora que le surgió con un viejo amigo de su anterior
colegio. Descubrí con desgana que había puesto todas mis esperanzas en la
amistad con Juancho. Llegó a mi vida en un momento convulso donde la fuerza, la
energía y el apoyo generoso e incondicional de un nuevo amigo eran el maná que
me sacó de la terrible hambruna emocional en la que me encontraba. Aquel viaje
frustrado a Nueva York, tras haber sido invitado por la familia de Isaac a
acompañarles, mi rabia por la falta de responsabilidad y de cariño de mi padre,
mi agobio por la pesadilla en la que estaba envuelta mi hermana que no sabía
salir de la tribu urbana que la acosaba y anulaba, la presencia de la mala
malísima del cuento en la casa en la que en otro tiempo llamé hogar… tanto y
tanto había superado solo con el coraje y esfuerzo de un niño que había perdido
a su madre y, casi en cadena, se había quedado despojado de todo lo que suponía
el confort y la seguridad de una familia unida y feliz (aun con sus carencias, defectos
y debilidades). Sí, me había agarrado a mi nuevo amigo como a una tabla de
salvación. Juancho apareció como de la nada y llenó mi espacio de la calidez,
confianza y certeza que daban sentido al sin sentido en el que me movía desde
hacía tiempo como en un bucle".
jueves, 22 de junio de 2017
DICIEMBRE 93
"Me fui a hacer las américas. Pero mi aventura no era
la de aquellos pobres colonos que iban con la maleta cargada de esperanza, rota
casi desde el primer momento de desembarcar. Con la dirección de mi amigo Isaac
en el bolsillo dirigí mis pasos hacia la mítica, al menos en mi febril mente de
adolescente, Nueva York. Ni siquiera me había despedido de Juancho. Dejó en mi
buzón de voz decenas de llamadas perdidas y no pocos mensajes de voz. Me instaba
a reaccionar y a hacer un último esfuerzo por terminar el curso. Con el
bachiller en la mano tendrás más opciones. No te cierres puertas por una
insensatez, me decía. Ninguno de sus mensajes los escuché hasta que monté en el
avión, camino de una nueva etapa que, a decir verdad, no tenía ni la menor idea
de en qué iba a consistir. En cualquier caso, mi amigo no se había merecido mi
indiferencia aun cuando formaba parte de la crisis que desencadenó la
desafortunada decisión de dejar el instituto en la víspera de los exámenes
finales y que terminó dejándome sin el título de bachiller".
miércoles, 21 de junio de 2017
DICIEMBRE 92
"Mi padre no puso ninguna objeción a mi intención de
marcharme, se diría incluso que le supuso un alivio. Mi hermana lloró
desconsolada; pero, dándome su pequeño monedero de poliéster que le había regalado
mamá cuando hizo su primera comunión, me abrazó y me besó como la chiquilla
dulce y cariñosa que recordaba de mi infancia. Me deseó toda la suerte del
mundo entre sollozos y protestas. Saboreé el cariño de mi hermana como un dulce
de navidad. Había algo de reconfortante en la partida. Pude irme antes, cuando
mi hogar estaba destrozado, pero no habría sido feliz. Miré a mi recién
recuperado padre y me alegré por mi hermana. Pero a mí me tocaba mover ficha y
sentía como una llamada la necesidad imperiosa de dejar mi casa. Papá también
me dio algo de dinero y así, con unos billetes en el bolsillo y una corazonada
en la mochila, salí de casa y por primera vez en mucho tiempo, sonreí".
martes, 20 de junio de 2017
DICIEMBRE 91
"Felicité a mi hermana, pero rehusé su invitación de
cenar juntos para celebrarlo. Mi padre parecía sufrir con mi nueva postura ante
la vida. En el fondo de mi corazón experimentaba placer con su pesar; para
variar, parecía responsabilizarse de mi tristeza. Creo que se sentía culpable
por no haberme podido servir de soporte y de guía. Me observaba con impotencia y
formulaba frases de ánimo sin mucho convencimiento. La verdad es que como padre
ya llegaba un poco tarde. No le guardaba rencor. Es todo cuanto podía hacer por
él, liberarle de la culpa. Sin pensarlo mucho, preparé una maleta con lo
imprescindible y busqué mis ahorros -que no eran muchos. Salí de mi cuarto
decidido a buscar una respuesta donde fuera necesario. Una cosa tenía clara, en
casa no estaba la solución a mi angustia vital".
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